LOS TESOROS DE LA INVESTIGACIÓN. LAS CARTAS DE JUAN PÉREZ SÁNCHEZ

En nuestro proceso de investigación histórica como en cualquier otro proceso de investigación científica la obtención de la información es fundamental ya que en ella se basa la posibilidad de poder argumentar y concluir, de poder construir y relatar un panorama histórico lo más cercano a la realidad. Disponer de datos contrastados y significativos se convierte en una búsqueda de tesoros que nos permiten construir cientos de rompecabezas en los que se mezclan en ocasiones diferentes miradas de la misma realidad.

Pero sin duda lo que más “emociona” al investigador de hechos más o menos lejanos es acabar encontrando “piezas” que sean pedacitos reales de la vida de los sujetos protagonistas contadas por ellos mismos. En el otoño del 2012, cuando nuestras investigaciones sobre los mazarroneros deportados a Mauthausen justo habían empezado tuvimos una de esas experiencias-descubrimientos que empujan a seguir sin más dudas. La “casualidad” había querido que pudiéramos contactar con los nietos de Juan Pérez Sánchez la primavera anterior,  y su interés por recuperar la vida del abuelo muerto en Mauthausen y de sus raíces mazarroneras perdidas propició que meses más tarde, ya en Barcelona, donde residen junto con uno de los hijos de Juan Pérez,  pudiéramos tener una entrevista.

La tarde del viernes de principios de octubre que nos encontramos ha quedado grabada en nuestra corta experiencia. Una cita a ciegas en un lugar céntrico de Barcelona y más de dos horas de apasionada conversación nos regaló uno de los tesoros que todo investigador anhela tener, las cartas manuscritas del protagonista, en este caso de Juan, desde el exilio dirigidas a su querida esposa que estaba en Barcelona. 

 [… Y de mi tengo poco que decirte, que estoy en un campo de refugiados. Estoy bien y nos dan de comer,pero de medios económicos mal, que ahora te mando la carta con un sello de 90 cts que vale en Franciay el de España tu lo pagarás…]  Juan Pérez Sánchez, Vernet d’Ariège, 16 de Junio de 1939.

Es difícil distanciarse de la pasión de los nietos que habían recopilado como si del mayor tesoro se tratara toda la información, cartas y fotos que del abuelo había conservado la abuela, y que habían hecho de esta recopilación un tesoro compartido para todos los integrantes de la familia. Es difícil distanciarse de la “intimidad”, aún sabiéndose supervisados por extraños, con la que Juan se dirigía a su esposa y donde siempre en clave positiva intentaba animarla en la desgracia de la separación. Pero lo más difícil es no sentir el frío, la desesperación, la pena, la añoranza y el amor que se reflejan en esas letras.

[…También te hago saber que mi situación ha mejorado, ya he salido del campo de concentración, estoy muy bien en una Compañía de trabajo así que por mí no padezcas por nada y tened un poco de paciencia que esto de estar así ya se acabará dentro de poco, pero en menos que crees ya estaremos juntos y seremos más felices que antes, ya sabes que te he dicho algunas veces que nuestra vejez será feliz, y ya como vamos para viejos se vislumbra nuestra felicidad… ] Juan Pérez Sánchez, Combrimont, 20 de Noviembre de 1939, 28 CTE.

[… y yo paso un rato que me parece que estoy con vosotros en estos momentos a pesar de los kilómetros que nos separan que son de 1300 kilómetros…] Juan Pérez Sánchez, Provenchères-sur-Fave, 2 de Febrero de 1940, 28 CTE.

[… para que te refresques la memoria, te acuerdas cuando vivíamos en el pasillo de la Plaza, nosotros solos no cuando estábamos con la Rosa y si cuando estaba mi madre con nosotros, sabes que teníamos por costumbre muchas noches ir a la calle París o la de Vallespir y otras veces al jardín del Trenviario a oír música, pues aquí he podido oír las mismas piezas que tocaban ahí pero con bandas más importantes y en esos momentos parecía que estaba con vosotros…] Juan Pérez Sánchez, 28 CTE, 27 de Mayo de 1940

Fríamente son diez cartas que explican el itinerario de Juan por los campos franceses y su participación en la CTE, en realidad son pedacitos de la vida de una pareja que nos permite mirar con otros ojos la desgracia vivida por los republicanos españoles en tierra extraña.

Gracias a los 4 nietos de Juan Pérez Sánchez podemos “disfrutar” de esas cartas, y evidentemente la relación generada entre esta familia y Alumbra Alumbre, y otros momentos impactantes con otras personas, son los que nos empujan a seguir nuestro cometido, y a la vez van modelando nuestra experiencia investigadora.

… y tu recibe un abrazo de tu esposo que suerte desea, Juan.